martes, 2 de septiembre de 2008

25 no son muchos para una sola.


Sobre mi espalda recae el peso de 25 piedras mal apiladas, después de cada año cumplido mi pie izquierdo me hace recordar que un día de estos debería hacer inventario.
Amontonarlas pero con un cierto orden.
Dar a cada una, como diría el, la importancia que se le debe.
Pero este año he hecho alguna que otra reforma en la azotea, no lo he dejado todo por barrer; dos obsesiones he guardado con llave debajo de mi lengua y ha quedado tal espacio que de repente sin pedirlo han entrado un Patxi y un Vicent ocupando el lugar únicamente de una de ellas.

Y que descanso…

Porque ya eran tan veteranas que estaban a nada de acabar con mis reservas de sal y es de sabiduría popular que la niña sin unos gramos de sal en su memoria no puede procesar correctamente.
Siempre alguna parte de mi perezoso cuerpo me destapa un regalo de cumpleaños.

Recuerdo una vez en la que me encontré a los pies de la cama unas manos con sabor a formol y con un rápido gesto las despelleje y las utilicé de guantes para no pasar frió en invierno, sin haber pensado antes,qué utilidad podrían tener esas falanges y cartílagos.
Con el tiempo, bendito tiempo, descubrí que además podían hacer cosas por si solas; Desde escribir una declaración de principios hasta moldear un gato de plastelina (soy experta en gatos de plastelina).Ahora a base de horas de adiestramiento son capaces de llevarme a la montaña mas alta en el plazo de 5 minutos…

Y este año me han regalado un plato roto, yo se lo que significa, y mi padre también.



http://www.youtube.com/watch?v=OjJTCCdC4RU
PD: Gracias Javi por seguir haciendo sonreir a tu público valenciano…



Así vamos, saboreando un cuartito de esa anfeta que llaman vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Zorionak!!

Ane.