lunes, 30 de junio de 2008

De sobra sabes...

Quería un cambio, un cambio que me vistiera de blanco y negro, que tapara las grietas que dibujan mis tobillos. Y desde hace tres semanas la casa se ha llenado de luz, de una luz azul que ilumina mi habitación y que juega conmigo a las Damas.
Otto ha llegado a casa, llego hace ya un tiempo y me hace sonreír cuando lo veo y me mantengo en duermevela por si deja de respirar y lo cojo en brazos cuando se nos cruza un pastor alemán abandonado.
Tres semanas de pensión completa que no me deja tiempo a pensar.
Ni en él, ni en el otro, ni en mi ni en ellos ni en ella.
Tres semanas vestidas de tranquilidad de luna de miel.
Y asumo que no me quieres, que no estas conmigo, que todo acabo, que todo se fue, que ya no cabe esperar porque todo paso, porque todo se rompió, porque ya hubo quien se dedico a borrarlo todo con la precisión con la que borra las gomas de Milan.
Distraída vivo, distraída entre mis sueños, aburrida de esta luz de oficina, de esos niños con las manos manchadas.
Rescátame tu también de ese pastor alemán que no para de observarme sin dejarme salir a pasear.
No sé lo que escribo tampoco me apetece pensar, solo paseo...
Y si pudiera hacerlo dentro de tu cabeza??
Vestida de época caminaría por tus recuerdos resguardándome del sol con mi paraguas blanco.
Pero no paseo, no lo hago, tu cabeza esta vedada para mí, llena esta de trampas, ya no se me permite el paso.
Algo hice mal.
Y lo sé.

Y me da igual porque ya tengo a quien cuidar.
Y me da igual porque ya tengo por quien sonreír.

lunes, 2 de junio de 2008

De noche



Raras veces ocurre en la vida encontrar a alguien con quien realmente sientes química, es entonces cuando se plantea la gran duda.
Los valientes se tiran a la piscina sin importarles salpicar flexionando las rodillas para que la onda sea mas grande; Y sin miedo, muy importante este detalle.
Los cobardes, en cambio, se conforman con sentir de vez en cuando las gotas de aquellos que se lanzan. Se mantienen en un discreto segundo plano, rechazando y disfrutando de la libertad de no sentirse mojados.
Pero la gran duda, el momento, siempre llega, tarde o temprano, aunque una de las partes o incluso los dos estén cagados de miedo…


Báilame el agua para que no me de miedo
tirarme a la piscina....