Si yo fuera Otto y tu Ana lo entenderia todo, todo, desde porque sale el sol todos los dias hasta porque el camarero del bar de bajo de casa aun me sigue cambiando para tabaco. Pero ni yo soy Ana ni tu Otto, no nos ha dado tiempo a encontrarnos con renos en mitad de la noche o a enviarnos aviones de papel desde las ventanas.
Esta gran soledad, el sonreir al escuchar bonitas historias que no son las mias, los dientes largos que ya casi se me estan desgastando de clavarse tanto en el suelo...
El hombre del traje azul sonrio y vacio la cartera que llevaba guardada en el bolsillo interior de esa chaqueta de apariencia suntuosa.
Gire la mirada y se dirigio y se dirigio hacia mi, a un metro escaso de mi cuerpo inmovil me pregunto si sabia lo que el estaba haciendo.
No, respondi.Y entonces porque sonries?En ese momento me di cuenta de que todos los musculos de mi cara estaban tirantes y en mi boca asomaba una sonrisa.
Supongo que he sobrevivido a la cuarentena, puedo deshacerme del luto.
La alternativa al juego...