Escribo borracha, como lo he estado estos días. Borracha pero sin ningún tipo de aliciente, borracha pero consciente, que eso es lo peor que le puede pasar a una yonkie de la imaginación.
En arena fina de playa nos cubrimos el cuerpo en Cádiz y dormimos pocas horas cercados de moscas en Almería en una tienda demasiado tensada.
No esperar nada de nadie ni de nada, solo coger el mapa y deambular por las carreteras esperando encontrar un sitio creado para nosotros.
Reír rodeada de humo y saciada de Ron.
Vecinos extraños, porque durante unos días esa fue nuestra casa, de plástico, pero nuestra casa.
Un antes y un después; guarde la mueca, la guarde en lo mas hondo de la mochila junto a las bragas sucias y las camisetas manchadas de polvo.
Un viaje más, una piedra menos, un peldaño.
Y yo no quería volver no quería volver a tener que dibujármela en la cara…Pero ya lo hice, demasiado tarde.
Dices que yo...
a veces te resulto incomprensible,
la vulgaridad de un ser sensible...
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