jueves, 19 de octubre de 2006

Dos realidades desde unos mismos ojos.



El extraño viento de otoño arroja las duras hojas de los arboles y las hace bailar como pequeñas damas estrenando traje.
Se, perfectamente, que todos los que estamos sentados en cualquiera de estos bancos escondemos algo, o lo escondemos o lo sobrevaloramos.A algunos, les viene de paso, miran extrañados a todos lados jugando a adivinar que podran estar haciendo estas caricaturas, de lo que deberiamos ser, parados sin mirar tan siquiera, sin preocuparse, de las moscas que se nos posan en los ojos.
La arena de los campos de futbol tampoco quiere mantenerse en su lugar.No.Revolotea entre mi boca formando por un segundo diluido parte de mi.Despertandome sabores otoñales.
Mi madre, mi hermana, quien dira el dia que muera que tenia verdadero panico a la soledad? Quien lo recordara, quien lo sabe?
No somos ni demasiado jovenes ni demasiado maduros.Nos empapamos indiscriminadamente de falsas señales, de un miedo que nos hunde hasta no tocar fondo.
Porque suena una dolçaina?
Porque sueño un dolçaina ahora ente la arena y los viejos arboles?
La busco per, cuando camino unos diez pasos, para repentinamente.Sere yo? resuenas dentro de mi cabeza?
Lo busco y como dicen quien busca encuentra; y por fin lo veo.Esta en uno de los ojos del puente mirandome mientras ensaya, si, creo que es su lugar de ensayo.
Nunca me pare a escucharte,nunca me intereso.

No hay comentarios: