martes, 24 de abril de 2007



La casa se ha quedado vacia.
Por su cuenta, cada uno hemos ido fijandonos en todos esos objetos que siempre nos pasaron desapercividos y hoy cobran una importancia abismal. Ollas, vasos, vírgenes, libros…
Esta vacia, la casa esta vacia.
Mis bufandas no oleran ya nunca mas a leña y es gracioso pensarlo, pues invierno tras invierno siempre me he quejado de ello. Si hiciesemos una lista de todos aquellos que la pisaron alguna vez podria redactar perfectamente los ultimos 8 años de mi vida. Y ahora esta vacia, tan vacia como yo.
En este ultimo mes, parece como si me hubiesen hecho un agujerito, en alguna parte de mi cuerpo a la que la vista no alcanza y me hubiese vaciado lentamente.
Primero me cogieron los cucharas y no me di cuenta y poco a poco me he ido vaciando, quedandome sin mesas, espejos, juegos…

Sigo torturandome por mi reaccion, pero creo que no lo cambio por nada ; silencio medinacelico, si, lo has descrito perfectamente.

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