lunes, 5 de marzo de 2007

La habitación huele a invierno endulzado en suavizante y me hace recordar las horas que pase delante del ordenador hace ya unos cuatro años. Esperar, esperar, sigo esperando, esperando una contestación a una pregunta que no he hecho todavía. Al pensar en la pregunta que algún día te tendré que hacer me tiembla la boca, tanto que no puedo controlar su movimiento y la olvido fácilmente para no dañar mis delicados dientes.
Eres solo una frase, una frase que se pasea con la frente bien alta por entre las líneas de mi ordenador , dejando una estela de fango que cada día me embarra el corazón mas y mas deseando que un día por fin deje de bombear y vuelva a mi rutina de siempre.
Seré yo a la que un día le pidas los labios? Se que no. Y no paro de buscar un ángulo muerto en mi casa donde esconderme y temblar hasta conseguir unas lagrimas que me endulcen la boca.

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